Confesión Octava
Una pequeña confesión antes de continuar con el fanfic (a petición - la única - de mi magre Eickos). En aproximadamente 2 horas cumplo 22 años. Lo siento si con el siguiente post los vaya a aburrir, deprimir o muchos vayan a decir "No me importa". A mí si y quisiera... compartir.
Casi 22 años y me da mucha tristeza admitir que no soy lo que querría haber sido. OK, tampoco puedo quejarme puesto que no tuve una infancia desagradable (con las debidas circunstancias familiares que muchos ya conocen), y que siempre me dediqué a ser, sin pensar en lo que sucedía alrededor, ni reclamar, ni preocuparme o quejarme por las horas que podía quedarme en mi casa sola, en compañía de la televisión (porque si, yo creí con la televisión, debo admitir).
Muy bien, tampoco puedo quejarme de haber tenido una mala adolescencia. Acepto que siempre (generalmente) fui una desgraciada. Y muchos de los que me conocen que ser una desgraciada era solamente un caparazón para cubrir que siempre me lastimó mucho la manera en que me trataban por ser la "gordita ñoña" (más fea la parte de gordita, y sin el diminutivo). En esos años aprendí a quejarme un poco más, a ser más reflexiva, a darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor y a sentirme impotente por no poder hacer nada por mi situación familiar, esa que cuando era pequeña no me importaba.
Digo, mis amigos de la prepa (los extraño aunque no lo crean), recordarán que de mi madre sólo conocían el nombre, y que mi papá andaba con nosotros para todos lados, siempre. Que prácticamente fuimos una familia de 3 durante más de 5 años, y también están conscientes de los problemas que hubo con mi hermana, y que, junto con lo que pasó cuando comencé a volverme adulta, marcaron el camino para lo que soy ahora.
No culpo a nadie, pero era horrible ver que las cosas se iban por la borda y a nadie le importaba. Mi hermana seguía igual, mi madre cada vez peor y mi papá... bueno, mi papá siempre fue demasiado noble para decir nada. Esto hasta que mi mamá comenzó a tocar fondo terriblemente. Ahí pasó lo que ya todos conocemos y que yo no quiero volver a pensar, recordar o simplemente ... no quiero.
Volviendo al tema y recapitulando, los primeros años de mi adultez han sido extremadamente difíciles. Si bien conocí amigos entrañables a quienes amo como no se imaginan (apunten eso para el "Aunque usted... no lo crea", Id diciéndole sus sentimientos a alguien), y pasé la mejor etapa de mi vida en la facultad pues... las cosas simplemente no han sido, ni son ni serán buenas en un largo, largo tiempo.
Me vi forzada a madurar extremadamente rápido, a cargar a mi familia sobre mis hombros y a sacarnos del pozo en que estábamos. Tome decisiones muy fuertes, escogí caminos bien distintos a lo que tenía planeado y sobre todo... me volví dura, fría y extremadamente apática, cerrada. Además de los problemas familiares, me rompieron el corazón y decidí dejarlo "out of service" durante algún tiempo (espero mi crédito por ello... hmmm... chiste del trabajo). Pero a fin de cuentas, sigo aquí. Y estoy... bien. O relativamente. El único problema es que me siento hasta cierto punto decepcionada de mi misma.
Apesta, en serio. Es horrible no ser ni la mitad de lo que yo quería ser cuando cumpliera esta edad. Es eso lo que me destroza. Y lo que nadie comprende.
Id.
PD: El jueves subo fic... espero.
Casi 22 años y me da mucha tristeza admitir que no soy lo que querría haber sido. OK, tampoco puedo quejarme puesto que no tuve una infancia desagradable (con las debidas circunstancias familiares que muchos ya conocen), y que siempre me dediqué a ser, sin pensar en lo que sucedía alrededor, ni reclamar, ni preocuparme o quejarme por las horas que podía quedarme en mi casa sola, en compañía de la televisión (porque si, yo creí con la televisión, debo admitir).
Muy bien, tampoco puedo quejarme de haber tenido una mala adolescencia. Acepto que siempre (generalmente) fui una desgraciada. Y muchos de los que me conocen que ser una desgraciada era solamente un caparazón para cubrir que siempre me lastimó mucho la manera en que me trataban por ser la "gordita ñoña" (más fea la parte de gordita, y sin el diminutivo). En esos años aprendí a quejarme un poco más, a ser más reflexiva, a darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor y a sentirme impotente por no poder hacer nada por mi situación familiar, esa que cuando era pequeña no me importaba.
Digo, mis amigos de la prepa (los extraño aunque no lo crean), recordarán que de mi madre sólo conocían el nombre, y que mi papá andaba con nosotros para todos lados, siempre. Que prácticamente fuimos una familia de 3 durante más de 5 años, y también están conscientes de los problemas que hubo con mi hermana, y que, junto con lo que pasó cuando comencé a volverme adulta, marcaron el camino para lo que soy ahora.
No culpo a nadie, pero era horrible ver que las cosas se iban por la borda y a nadie le importaba. Mi hermana seguía igual, mi madre cada vez peor y mi papá... bueno, mi papá siempre fue demasiado noble para decir nada. Esto hasta que mi mamá comenzó a tocar fondo terriblemente. Ahí pasó lo que ya todos conocemos y que yo no quiero volver a pensar, recordar o simplemente ... no quiero.
Volviendo al tema y recapitulando, los primeros años de mi adultez han sido extremadamente difíciles. Si bien conocí amigos entrañables a quienes amo como no se imaginan (apunten eso para el "Aunque usted... no lo crea", Id diciéndole sus sentimientos a alguien), y pasé la mejor etapa de mi vida en la facultad pues... las cosas simplemente no han sido, ni son ni serán buenas en un largo, largo tiempo.
Me vi forzada a madurar extremadamente rápido, a cargar a mi familia sobre mis hombros y a sacarnos del pozo en que estábamos. Tome decisiones muy fuertes, escogí caminos bien distintos a lo que tenía planeado y sobre todo... me volví dura, fría y extremadamente apática, cerrada. Además de los problemas familiares, me rompieron el corazón y decidí dejarlo "out of service" durante algún tiempo (espero mi crédito por ello... hmmm... chiste del trabajo). Pero a fin de cuentas, sigo aquí. Y estoy... bien. O relativamente. El único problema es que me siento hasta cierto punto decepcionada de mi misma.
Apesta, en serio. Es horrible no ser ni la mitad de lo que yo quería ser cuando cumpliera esta edad. Es eso lo que me destroza. Y lo que nadie comprende.
Id.
PD: El jueves subo fic... espero.