Actualizando y continuando con mi patoaventura del verano, recuerdo perfectamente (acá bien 911), que me hablaron para ir al taller un martes y comenzar el miércoles. Ese día, pues, me desperté temprano (¡santas desmañanadas, Batman!), me arreglé (si, si es posible tal cosa), y me fui, entaconada, perfumada y con cabello lacio, bonito.Llegué al periódico como 20 minutos antes, me presenté, intenté socializar (decir: "¡Hola, soy la nueva!" no funcionó esta vez), entramos. Me presentaron, explicaron no sé qué y me pusieron a trabajar inmediatamente. Gracias a Dios, después de 4 materias de periodismo con mi adoradísimo profe Lewis, el que me regresen mi trabajo con una sonrisa y un rayón que decía "error de hecho" no era TAN frustrante.Como pude, me acostumbre al ritmo de trabajo y me emparejé con el resto de los compañeros. Para el viernes, ya iba más delante en los ejercicios que la mitad de ellos (si, soy una sangrona), y para mi tarea del fin de semana (si, por eso no tuve vacaciones, gracias), ya sabía qué iba a hacer y salió relativamente bien.No voy a relatar día a día lo que hicimos, sólo puedo decir que los miércoles eran de lo más divertidos, además de los fines de semana. Tuve experiencias bien chidosas, desde andarme paseando por el Palacio Municipal, hasta ir al Palacio de Justicia y ver a los detenidos que me hacían ojitos, pasando por los pisotones, pellizcos, manoseadas y jalones de cabello que sufrí al meterme en una entrevista de banqueta. A fin de cuentas, fue una experiencia gratificante. Me hizo valorar los motivos por los que estudié periodismo, y sobre todo, me hizo darme cuenta de cuan diferentes son las cosas en la vida real (aunque no real-real), a eso súmenle que hizo milagros por mi autoestima que estaba en China (y no por grande, sino por desaparecida). Mi redacción mejoró mucho, mi ortografía también y mi cultura general de igual manera (uno nunca se podría imaginar cuánta gente "famosa" hay en una ciudad como esta O_O).Desgraciadamente, todo terminó en una fallida entrevista de trabajo. Si, de 11 personas, y después de haber sido la última "convocada", fui de los cuatro afortunados en ser llamados para entrevista de trabajo. Estaba emocionadísima pero, no se dio, al menos no por ahora. Mis teorías de la conspiración son dos, completamente diferentes:- Mi horario se interpuso, puesto que tengo mi martes partido en dos por la escuela. En este caso hipotético, espero que para diciembre que me desocupe me llamen (es que ningún valiente quiere trabajar en la sección policiaca).
- Le caí mal al editor y no quiere volver a saber nada de mí.
Por ahora, tengo demasiado tiempo libre y eso me mata. Siendo como soy, es horrible pasar el día vegetando en casa, pues no me van a dar un trabajo decente con ese martes del mal. Mi único consuelo son mis clases de francés, que bien o mal, siguen siendo divertidas (aunque el Joaco y Lucio ya no nos quieran u.u).
Sigo aquí, pues, sola, deprimida y aburrida, esperando que algo maravilloso pase en mi vida. O conseguir amigos que vivan más cerca y me saquen a pasear seguido. Es horrible que varios de mis mejores amigos estén en otra ciudad. O ya de jodido, conseguir un novio que no se fije en mis 400 kilogramos de sobre peso. Ouch para mí.
Todo por hoy. ¡Gracias, vuelva pronto!
En el próximo capítulo... Id visita Ciudad Mutante y regresa con gripe.