lunes, agosto 29, 2005

Confesión Cuarta (o de ¿por qué mis días son tan patéticamente aburridos?)

Bien. Aquí estoy nuevamente actualizando esta cosa después de... mucho tiempo. Los acontecimientos recientes me han sumido en un estado de flojera permanente del cual apenas y salgo para comer. Sí, sé que no es una excusa acceptable (sic), pero, ¿qué le vamos a hacer, si mi cama ha resultado ser tan cómoda?

Me decido a actualizar porque mi magre Fermamba me preguntó, en respuesta a una pregunta mía, si alguna vez actualizaría esta cosa. Respondí que si y aquí está, pues.

Voy a limitarme a hacer un resumen amarillista de lo que ha acontecido en estos últimos *hace cuentas* 6 meses.

Después de mi último post sobre el Peje y la lámpara de Aladino, me dediqué a actividades lúdicas propias de mi carrera: fui a la lucha libre (¡los rudos, los rudos, los rudoooos!) y realicé una crónica bastante entretenida - los que ya la leyeron, bien... si alguien está interesado, está archivada y lista para ser criticada ;) -.

Tras mi aventurita en las luchas - frase célebre: "¡Ven aquí, mamá te carga!" -, me fui a meter al circo. Otra crónica, un poquito muy grosera (bueno, no tanto como grosera, pero si). Entrevistas, visitas al museo (MARCO... ¿alguien me regala uno de los cojines que vi ahí?), finalmente la reseña de un libro.

Así acabó mi semestre, sin pena ni gloria. Bueno... más pena que gloria, aunque haya sido muy divertido ver la cara de susto de mi maestra de Periodismo Cultural cuando le dedicamos la última estrofa de nuestro trabajo final *afina su garganta*:

Y aquí nos veremos el semestre que entra
Será mi castigo, querida maestra
No me pregunte lo que yo aprendí
¡Estaba dormido y ni cuenta me di!

Cabe mencionar que no le gustó mucho la idea y nos calificó bastante mal. Que triste. Bueno, no esperaba menos de ella, debo reconocer (méndiga vieja mocha y cuadrada, si señor), pero el que al final me regresara una de mis actividades contradiciéndose de la manera más obvia... pues... hizo que le dijera sus verdades:

Maestra de Id: A ver, ¿fue a la presentación?
Id: Si, llegué temprano y me fui justo cuando se terminó.
Maestra de Id: Bueno, dígame quienes estaban ahí.
Id: Pues usted, a su lado la maestra fulanita, con la maestra perenganita y acompañadas de la maestra sutanita y menganita.
Maestra de Id: Ah bueno... es que creí que se la había pirateado. Pero aún así le voy a bajar puntos porque está muy cortita. (NdA: ¿Notan la contradicción o soy solo yo?)
Id: Pues es una reseña de un evento de 30 minutos, maestra. Usted estuvo ahí y creo que estará de acuerdo en que no se podía hacer nada más, están incluídos los puntos importantes del evento y las palabras de la autora.
Maestra de Id: Usted debería estar en Derecho, se defiende muy bien...
Id: Pues si, pero aquí estoy a gusto, ¿me da mi calificación de una vez?


Y a pesar de mi ataque de ira... me puso 92. ¡Je!

Después, vino el verano. En mi inocencia periodística (sic), me fui a meter solicitud en dos talleres que estaban ofreciendo Televisa Monterrey y el periódico El Norte. Me llamaron a entrevista de los dos, para mi sorpresa. Después de una semana de espera en la que me la pasé preguntándome qué pasaría si me hablaban de las dos... no me hablaron de ninguna. ¡Duh!

El tiempo se terminó y justo cuando ya había perdido toda esperanza, me hablaron del periódico. Un sujeto se salió y parece que yo era la siguiente en la lista. Me alisté, me emocioné, grité, brinqué y le chismé a todo aquél que pudiese estar interesado. Al día siguiente comencé y... creo que hasta aquí lo dejo, esto ya se quedó muy largo =P.

Prometo actualizar seguido... ¡en serio!